Vamos a es­qui­ar!

(María y Clara están es­quian­do en las montañas. Ya que María ya sabe es­qui­ar muy bien, quie­re enseñarselo a Clara.)

Clara: En­ton­ces, qué tengo que hacer, María?

María: Pri­me­ro, no (es­tirar) las pier­nas. (do­blar) las ro­dil­las un poco y no (dejar) caer los palos! No (mo­ver­se) de­ma­si­a­do rápidamente y (con­cen­trar­se).

Clara: No me (dar) de­ma­si­a­das in­for­maci­o­nes! (ex­pli­car, tú a mí) uno tras otro!

María: Vale, no (preo­cupar­se), ya verás que es muy fácil! Ahora, (in­ten­tar) bajar esta pista. Pero no (bajar) des­ma­si­a­do rápidamente!

(Clara in­ten­ta bajar y se cae in­me­di­a­ta­men­te)

Clara: Ay! Me he caido!! Me duele mucho mi pier­na!

María: No (asustar­se], se­gu­ro que no ha pa­sa­do nada.

Clara: Yo creo que sí! Mi pier­na sigue do­li­en­do muchísimo! (lla­mar] al médico, por favor!

(María le llama al médico y este viene en­se­gui­da­men­te)

Médico: No (mover) la pier­na, Señora. No (asustar­se), pero te­nemos que ir al hos­pi­tal para ver, si su pier­na está rota. (es­perar) aquí hasta que lle­gue la am­bu­lan­cia.